Urgente! Islandia está cazando ballenas en peligro!
Ayúdalas!! no te demoras más de 1 minuto enviando una carta!:
Ahora Islandia comparte con Japón esta vergüenza, al reanudar la cacería comercial por primera vez en más de dos décadas, en manifiesto desafío a las reglamentaciones internacionales.
El Ministerio de Pesca de Islandia ha otorgado un permiso para pescar 30 ballenas minke y nueve ballenas de aleta, que se encuentran amenazadas. De hecho, las embarcaciones balleneras ya han matado dos ballenas de aleta. Islandia ya cazaba ballenas con supuestos fines “científicos” aprovechando un vacío jurídico en la Comisión Ballenera Internacional (CBI), sin embargo la carne de las ballenas matadas en nombre de la ciencia se comercializa en Islandia.
Son muy pocos los islandeses que consumen carne de ballena regularmente (sólo el 1.1% la comen una vez o más, según una encuesta de Gallup); además, existe un limitado mercado para la carne, si es que lo hay. Más aún, un número creciente de empleos en Islandia depende de la industria de la observación de ballenas, que cada vez cobra mayor popularidad.
La naturaleza sin igual de Islandia ha atraído a millones de turistas, incrementando sus visitas para observar las ballenas en su ambiente natural. El IFAW ha hecho grandes esfuerzos en los últimos años para ayudar a promover la observación de ballenas en este país, así como otras formas de turismo. La peligrosa decisión de reiniciar la cacería de ballenas pone en riesgo todo.
Un flagrante desacato de los acuerdos internacionales para proteger las ballenas
A pesar del repudio global y de la prohibición de la cacería de ballenas desde 1986, Islandia, al igual que Japón, continúa matando ballenas mediante crueles métodos, bajo el argumento de que debe sacrificar a estas majestuosas criaturas en nombre de la ciencia. Sin embargo, desde hace tiempo los científicos han expresado en consenso que no hay necesidad de matar ballenas para estudiarlas. Lo que es peor, se ha demostrado que la carne de ballena contiene niveles peligrosos de mercurio, a pesar de lo cual se vende en supermercados, restaurantes y hasta cafeterías escolares de Japón.
La cacería comercial de ballenas es una actividad retrógrada, innecesaria y cruel que debería haber terminado hace un siglo con el fin del uso de lámparas de aceite de ballena. El gobierno de Islandia debería estar apoyando su próspera y creciente industria de la observación de ballenas en lugar de hundir su dinero y capital político con el reinicio de la cruel cacería de ballenas.
Es muy raro que la embajada de Islandia reciba innumerables comentarios del público sobre un asunto político. Por esta razón, no es demasiado tarde para lograr un impacto.
Ahora Islandia comparte con Japón esta vergüenza, al reanudar la cacería comercial por primera vez en más de dos décadas, en manifiesto desafío a las reglamentaciones internacionales.
Click en este link para enviar una carta automática: http://www.ifaw.org/ifaw/general/default.aspx?oid=8316&aid=7663&msource=DR061003001&tr=y&auid=2110827
El Ministerio de Pesca de Islandia ha otorgado un permiso para pescar 30 ballenas minke y nueve ballenas de aleta, que se encuentran amenazadas. De hecho, las embarcaciones balleneras ya han matado dos ballenas de aleta. Islandia ya cazaba ballenas con supuestos fines “científicos” aprovechando un vacío jurídico en la Comisión Ballenera Internacional (CBI), sin embargo la carne de las ballenas matadas en nombre de la ciencia se comercializa en Islandia.
Son muy pocos los islandeses que consumen carne de ballena regularmente (sólo el 1.1% la comen una vez o más, según una encuesta de Gallup); además, existe un limitado mercado para la carne, si es que lo hay. Más aún, un número creciente de empleos en Islandia depende de la industria de la observación de ballenas, que cada vez cobra mayor popularidad.
La naturaleza sin igual de Islandia ha atraído a millones de turistas, incrementando sus visitas para observar las ballenas en su ambiente natural. El IFAW ha hecho grandes esfuerzos en los últimos años para ayudar a promover la observación de ballenas en este país, así como otras formas de turismo. La peligrosa decisión de reiniciar la cacería de ballenas pone en riesgo todo.
Un flagrante desacato de los acuerdos internacionales para proteger las ballenas
A pesar del repudio global y de la prohibición de la cacería de ballenas desde 1986, Islandia, al igual que Japón, continúa matando ballenas mediante crueles métodos, bajo el argumento de que debe sacrificar a estas majestuosas criaturas en nombre de la ciencia. Sin embargo, desde hace tiempo los científicos han expresado en consenso que no hay necesidad de matar ballenas para estudiarlas. Lo que es peor, se ha demostrado que la carne de ballena contiene niveles peligrosos de mercurio, a pesar de lo cual se vende en supermercados, restaurantes y hasta cafeterías escolares de Japón.
La cacería comercial de ballenas es una actividad retrógrada, innecesaria y cruel que debería haber terminado hace un siglo con el fin del uso de lámparas de aceite de ballena. El gobierno de Islandia debería estar apoyando su próspera y creciente industria de la observación de ballenas en lugar de hundir su dinero y capital político con el reinicio de la cruel cacería de ballenas.
Es muy raro que la embajada de Islandia reciba innumerables comentarios del público sobre un asunto político. Por esta razón, no es demasiado tarde para lograr un impacto.
Etiquetas: Animalismo, Manifestaciones
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